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Los verdaderos miedos en Syntonize: el Halloween eterno

Halloween, para nosotros, no empieza y acaba el 31 de octubre.

Nuestros verdaderos miedos, dan de verdad mucho miedo. No por los vampiros, esqueletos o momias que esta noche pasearán por las calles recogiendo caramelos. Eso, sinceramente, nos asusta poco.
Lo realmente terrorífico, lo que nos pone los pelos de punta y nos deja sin respiración, es algo mucho más peliagudo. ¿Asustado? Nosotros, la verdad, es que tenemos el corazón en un puño.

 

Hablamos de todas esas pequeñas cosas del día a día en la oficina: adelanto de deadlines, algo ya no funciona, la típica llamada cuando estás saliendo por la puerta…Verdaderos miedos y temores que no pueden faltar en el menú diario del trabajador y no solamente en la noche de Halloween.

La Noche de los Muertos nos acompaña de la mano todos los días y salta para asustarnos cuando menos lo esperamos. Desde la esquinita de la pantalla, agazapada tras la máquina de café, atacando incluso cuando ya estamos tranquilamente en nuestra casa. ¡Cuidado! Este post no es apto para corazones cardíacos. Esperamos que puedas dormir esta noche de Halloween:

A continuación, os dejamos una lista con nuestros mayores miedos en Syntonize.
1. El clásico «favorcillo»

 

Ya es viernes, quedan 10 minutos para salir de la oficina y en tu cabeza resuena la libertad del fin de semana. De repente, al Cuentas le suena el teléfono. Miras atemorizado esperando que no sea para ti, pero en lo más profundo de tu ser sabes que te va a tocar. Y así es. El típico «favorcillo» de última hora.

Podría haber llegado a las 9 de la mañana, pero no. Él no es así. Espera el momento indicado para atacar cuando menos te lo esperas: cambia tal o cual en la web, la app ha dado un fallo de última hora o  el típico «corrige esto que seguro que no te lleva mucho tiempo» son antagonistas más peliagudos que Freddy Krueger o Jason. Estamos seguros de que preferirías pasar la noche de Halloween en una casa encantada si ello conllevara no tener que hacer más «favorcillos».

2. «Un par de comentarios…»

 

Has terminado el proyecto. Maquetación brillante, diseño impecable y el deadline ni si quiera se atisba en la lejanía. El equipo sonríe orgulloso por el trabajo. Se presenta al cliente y no puede ir mejor: «Un look visual delicioso», «¡Qué bien resuelto está esto!», «Está todo lo que pedía».

Hinchas el pecho orgulloso, pero de repente todo cambia. La oscuridad característica en Halloween se asoma por la puerta mostrando una sonrisa maliciosa. Las palabras del terror salen poco a poco de la boca del cliente y te pones pálido. «Me gusta mucho, muchísimo… pero…». Horror. La palabra maldita seguida de sus acólitos más fervorosos: «Un par de comentarios». El proyecto casi hay que empezarlo de nuevo: «retoca la caja esta de aquí», «mueve este elemento allá»,» me gustaría que apareciese un símbolo en esa sección»…

El plazo de entrega ya no parece tan lejano y avanza más rápido que el Delorean de Marty McFly por el calendario. ¡Terror!

Lo peor es cuando esta malévola frase se junta con la aún más retorcida: «Perdona, pero los diseños no eran definitivos». Nuestro mundo explota.

3 .Los briefings de la locura

 

Jornada especialmente tranquila. Esta mañana el tráfico te ha permitido llegar a tiempo. Se respira un aire tranquilo en la oficina. El Internet no se ha caído en ningún momento. Raro. Algo tiene que pasar. Seguro. No puedes estar más en lo cierto.

De repente, llega un correo. El asunto del correo ya te provoca mareos: «Propuesta…URGENTE». Peticiones que se escapan del raciocinio humano. «Necesito que me hagáis una propuesta para hoy de un juego parecido a Pokémon GO«, «Me gustaría que me hicierais un YouTube y lo necesito para la semana que viene», son solo alguna de las propuestas protagonistas y que despiertan nuestros verdaderos miedos.

Me da bastante mal rollo seguir escribiendo. No vaya a ser que el post se convierta al final en una listado de ideas para los protagonistas de nuestras pesadillas.

4. No hay café

 

Llegas por la mañana al trabajo con los ojos pegados. Recuerdas esos maravillosos momentos donde las sabanas aún te arropaban.

Te guías por la oficina con movimientos mecánicos, casi memorizados tras el paso del tiempo. Te quitas el abrigo, avanzas a la cocina, coges tu taza de Syntonize para servirte un café y… ¡No hay cápsulas! Los verdaderos miedos tienen aveces los sabores más amargos.  Morfeo se mofa de ti mientras maldices en voz alta.

El día no empieza con buen pie, pero sintiéndolo mucho te sientas en tu silla, arrancas el ordenador y con las pilas a media carga inicias la jornada laboral.

 

Estos no son todos nuestros verdaderos miedos. La lista podría continuar y continuar, sin final, como se ve la semana un lunes…

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