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6 maneras de hacer tu diseño más inclusivo y equitativo

Un diseño más inclusivo y equitativo es la clave para garantizar una buena aceptación de tu producto. El público tiene unas necesidades específicas, y espera que tú te ajustes.

Después de haber pasado meses trabajando en la creación en un producto, estudiando todas las variables, algo no funciona. El feedback que recibes por parte de tus clientes no es el esperado. Tu proyecto no ha sido tan inclusivo como parece. Lo creaste para que todos pudieran utilizarlo y sin embargo, con que una sola persona encuentre dificultades al utilizarlo, has fracasado en ese objetivo. ¿Quizás no tuviste en cuenta a todo el mundo?

La realidad del mundo es muy diversa. Abarcar y tener contentos a todos es una misión imposible. Sin embargo si que podemos intentar acoger a un gran número de personas. Por ello te contamos 6 claves para implementar un diseño más inclusivo y equitativo en tus futuros proyectos.

 

1. Encuentra un punto de partida

Diseñar para la diversidad no es algo abstracto. Hay un punto de partida, una tarea o proyecto que pone en marcha la iniciativa. La importancia de marcarse un inicio claro, a veces quedan cubierta por el esplendor del final. Si se empieza bien la carrera, hay más oportunidades de llegar a la meta. Un buen inicio podría definirse como la primera victoria del proyecto. Mediante este inicio será más sencillo marcar un linea de trabajo y diseño más inclusivo y equitativo. No solo porque sea una victoria, sino porque determina los siguientes pasos a seguir. El camino se debe definir como una consecución de pequeñas victorias. No hay que perder la vista la meta, pero hay que estar más pendiente del camino que se está recorriendo ahora.

2. Exteriorizar la conversación

Diseñar es un proceso humano. Todo lo que se ha creado ha sido diseñado, consciente o inconscientemente, y por tanto se puede rediseñar. A lo que queremos referirnos es que, el diseño al ser humano, puede constar de las mismas cualidades que los humanos. Afortunadamente, el ser humano no es perfecto (vaya aburrimiento si lo fuera), por tanto todo lo que creamos, nunca va a serlo. Y no nos tomes a malas, porque lo que queremos decir es que siempre existe un rango de mejora, de evolución y de perfeccionamiento de todo lo que creamos. 

La mejor manera de lograrlo, es enriqueciendo nuestros proyectos con conversaciones variadas. Por ello, externalizar nuestras ideas y compartirlas con otros, nos brinda la oportunidad de observar nuevas perspectivas. A veces una idea puede estar sesgada por las vivencias de una persona. Al compartirla, enriquecemos esa idea con diferentes opiniones, creando un diseño más inclusivo y equitativo.

3. Defina sus valores predeterminados

Puede ocurrir que nuestro producto tenga una proyección internacional. Pero hay que tener en cuenta que cada nación contiene unos valores propios a su propia cultura. Los valores culturales de nuestro país y nuestro entorno no son igualmente de válidos en todos lados. Todas las culturas tienen «errores en sis valores» pero algunos son más perjudiciales que otros. Para crear algo equitativo, tenemos que tener en presentes diversas perspectivas y decisiones de diseño. Solo de esa manera logremos un diseño más inclusivo y equitativo. Tener en cuenta las diversas realidades culturales ayudará a que el proyecto sea más aceptado en todas las culturas posibles. 

diseño más inclusivo y equitativo

4. Piense en quién no está presente

Cuando se trabaja en equipo, a menudo las diferentes ideas van encontrando una misma línea de actuación. Lo podemos definir como que las diferentes ideas están tomando un mismo curso y el equipo se pone de acuerdo. Sin embargo es justo en ese momento cuando haya que detenerse y pensar. Las ideas han llegado a un acuerdo, pero solo de las personas que han participado en el proceso. ¿Quién se ha quedado sin opinar?¿Qué pensarían esa persona sobre la idea final? Conseguir hacer este proceso de empatía logrará tener un diseño más inclusivo y equitativo al poder mirar las ideas desde perspectivas inesperadas. Cuando se está trabajando se tiende a tomar nuestras propias ideas como válidas y dejamos de tener en cuenta las posibles perspectivas de otras personas. 

5. Piensa en el futuro

Si bien es posible que no pueda decir lo que sucederá, tener en cuenta las posibilidades futuras potenciales puede ayudarte a abrir su mente para pensar de manera diferente. Pregúntate: ¿Cuál es el peor de los casos y a quién afecta? Esto puede cambiar todo tu pensamiento sobre por qué estás construyendo algo o qué enfoque adoptaras. Hacer esta pregunta puede ser la clave para aliviar los problemas que surgen una vez que se ha enviado un producto o a cualquier otro problema.

6. Crea un circuito de retroalimentación

Cuando ya hemos definido nuestro proyecto y lo hemos llevado a la realidad, no hemos terminado. A menudo se realizan Focus groups al terminar, justo antes de lanzar al mercado. Pero, ¿Qué pasa cuando el producto lleva ya un tiempo lanzado? ¿Y si han cambiado las ideas de la sociedad?¿Sigue nuestro proyecto ajustándosela a las nuevas ideas? Como hemos comentado antes, la sociedad es cambiante y es complicado que un producto estable en el tiempo satisfaga eternamente a nuestros clientes. Pero no te olvides, nuestro mayor defecto es también nuestra mayor virtud. Nuestro proyecto no es perfecto, y por ello siempre puede crecer y evolucionar. No tomarnos nuestro proyecto como algo inerte, sino como algo vivo que evoluciona junto a la sociedad logrará establecer un diseño más inclusivo y equitativo. A través de la retroalimentación de nuestro clientes y la sociedad, podremos ir mejorando y ajustando nuestro proyecto a los nuevos tipos de clientes o sus nuevas necesidades. 

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